miércoles, 1 de mayo de 2013

"Aprended de mí"


“Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas”.
(Mateo 11:29).

¿Es mas fácil decir las cosas como queremos y salen en el momento que analizarlas y compréndelas un poco y quedarnos callados?...

En ocasiones decimos cosas que no tendríamos que decir, que salen de un corazón impulsivo que no mide consecuencias y que tira la ráfaga de palabras sin pensar que lo que dijo, pudo dañar o daño a quien recibe.

¿Somos lo suficientemente humildes para reconocer que nos equivocamos?

Por que no la próxima vez que se este frente a un momento tenso, donde el coraje o la emoción mas intensa de ese instante se hace presa de nosotros, porque no cambiar y quedarse callado y no decir lo que quieres decir en ese momento…
La mansedumbre y la humildad son necesarias en nuestro diario vivir, porque todos los días nos enfrentamos a situaciones que nos querrán robar la paz, pero depende de nosotros el que eso pase, depende de ti ser el impulsivo o pensar antes de hablar.

Si antes de responder a algo; pensar bien lo que se va a decir , y pensar en las consecuencias que eso traerá y sobre todo pensar si:

“¿Serias capaz de decir eso mismo en un momento de pasividad?”...
¿Que cambiaría?

“Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas”.
(Mateo 11:29).



Tolerancia, paciencia, tranquilidad, serenidad, amabilidad, comprensión, atención, espacio, expresión; escucha, habla, cuida, respira, reflexiona, espera, perdona, ama, da, recibe, pide, abraza, suelta, expresa, supera, regresa, suspira, conoce, indaga, resuelve… La vida es una.




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